Quizás este titular sirva para ilustrar, que no llegar a comprender, la azarosa vida sentimental de algunos mandamases del deporte como Roman Abramovich y Flavio Briatore…
El magnate ruso de 40 años, según la revista Forbes, ocupa el puesto número 11 de entre los más ricos. En la actualidad, es propietario de varios clubes de fútbol como el Chelsea FC, CSKA Moscú y el Corinthians brasileño, gobernador de la región de Chukotka en Rusia, dueño del 80% de las acciones de la quinta petrolera rusa Sibneft, el 25% de Aeroflot, 50% de Rusal etc… Divorciado «por consenso» de su segunda esposa Irina, en Marzo del 2007, y seguramente por una cifra estratosférica, (no en vano fue ella la que lo mantuvo, en los primeros años de matrimonio, trabajando como azafata de Aeroflot), que no llegó a trascender (aunque se habló de un cantidad cercana a la mitad de su fortuna, unos 8.000 millones de euros, hecho desmentido por el propio Abramovich). Lo curioso es que una comedia musical que se estrenará este año en Londres, contará su vida desde la pobreza que vivió hasta su ascenso meteórico en el ranking de los más adinerados, y en ella participará su actual pareja, Daría Z., una bella modelo de tan sólo 25 años, que también fue novia del tenista ruso afincado en Valencia, Marat Safin.
Salvando las distancias, Flavio Briatore de 57 años, patrón del equipo Renault de Formula 1, padre «putativo» de Michael Schumacher y Fernando Alonso, y dueño del emporio «Laridel» con base en Luxemburgo, se casa en segundas nupcias con una presentadora italiana, 30 años más joven, Elisabetta Gregoraci. Después de pasar las vacaciones en la nieve, iniciarán los preparativos de boda. La ceremonia civil se celebrará a finales de Mayo, y a ella asistirán como testigos, Silvio Berlusconi y el periodista Emilio FEDE, quizás para dar fe del hecho de que el soltero más longevo ha decidido sentar la cabeza… Interesante será, no sólo comprobar si la boda llega a celebrarse, y ver desfilar a los invitados de lujo; sino también si eso supondrá paradójicamente, su desenlace…, (todos recordamos la «no boda» de Ronaldo con Daniela Cicarelli y su rápido final).
A ver si es verdad y cuánto le dura…, porque quien reduce la palabra Amor a pasión, y como tal pasajera, y quien se empeña en confundir el Amor (que nace con vocación de eternidad, aunque sea un promesa imposible de cumplir por la propia temporalidad del ser humano) con simples amoríos, difícilmente obtiene lo que anhela, (incluso a más de uno le ha costado su fortuna, o su carrera…).
De momento, están felices, lo mismo puede decir Sarkozy…
Hasta que el «capricho» de uno u otro, les separe o la luz del poder o del dinero se apague…
2 comentarios de los lectores
Luis López
23 enero 2008 a las 23:09
1Muy bueno este artículo y muy acertado en todo lo que expone. El dinero y el poder son muchas veces un espejismo, igual que la supuesta felicidad que compran, y tan pasajeros siempre como las farsas de matrimonio que crean.
Pero seguro que a más de uno no nos importaría ser Abramovich, Briatore o Sarkozy, aunque sólo fuera por un día… Para el resto, prefiero vivir mi propia vida!!
María
30 enero 2008 a las 20:19
2Tiene toda la razón. Además, de acuerdo con mi condición de mujer, me parece ofensivo que todavía haya mujeres que sigan buscando a los hombres fijándose sólo en el dinero, a cambio de darles un poco de carne fresca. Y luego reclamamos la igualdad… Es patético.