Ha sido tan esperado como sorprendente el «beso» entre estos tan polémicos «compañeros de Partido», que se llevan como el perro y el gato, dando un pésimo ejemplo a la opinión pública, y sin duda, lo que les va a restar votos.

El «encuentro» ha sido la inauguración del Intercambiador de Moncloa. Y, quizás, más en un intento de recuperar votos que de aparentar «buen rollito» entre ellos, se han dado el tan esperado «beso».

Fue ella la que se acercó a él, a besarle, tras el apretón de manos, a petición de los periodistas, allí congregados, pero él se apartó y quedaron sus besos en el aire, más protocolaria la «instantánea» que sincera y cordial. Y es que el Señor Gallardón está perdiendo bastante los papeles con esas «pataletas» de niño consentido al no figurar en las listas electorales y la señora Aguirre, que inaugura «Hospitales» como antaño se inaugurasen «pantanos», se cree más una «diva» de los Medios de Comunicación que un personaje público y político.  La que fuese, lamentablemente, Ministra de Educación… que así está hoy día el campo educativo.

Doña Esperanza Aguirre y Don Alberto Ruiz-Gallardón, deberían dejar aparte sus diferencias «de patio de colegio» y dedicarse en serio a  los temas que, en realidad, preocupan a los madrileños. No solamente de cara a hacer inauguraciones en periodo electoral, aunque, la verdad sea dicha, han logrado cumplir muchos sueños de los madrileños, principalmente en lo relativo a la ampliación del Metro hasta barrios que estaban un tanto aislados. Pero ahora no está en juego el compromiso con los madrileños, sino el «calendario electoral» y las promesas que tanto ellos como los del resto de Partidos hacen, para luego olvidarlas una vez han llegado a La Moncloa y se han llenado los bolsillos.