Hace unos días pudimos ver, entrevistado por Cristina Tárrega en su programa «Territorio Comanche» a un Miki Molina que hacía mucho tiempo que no veíamos. Más sereno, más tranquilo, y hasta más feliz. Él mismo reconoce que su actual mujer, Sandra, le ha dado la estabilidad emocional y sentimental que tanta falta le hacía.
Sin embargo, no se puede evitar fijarse en que por él han pasado los años, y más que pasaro, le han aplastado. No aparenta la edad que en realidad tiene. Parece mucho mayor.
Precisamente, su actual pareja es quien le ha animado a volver a los escenarios, donde reconoce estar como en el salón de su casa. La obra, «Tío Bob» está teniendo un gran éxito. Y es que, Miki, es un gran actor. Lleva en las venas el arte, aunque ni él ni sus hermanas hayan heredado la buena voz de su padre, el inigualable Antonio Molina. Sin embargo, Miki nos ha hecho pasar muy buenos ratos en sus series para la Televisión y gracias a su actual pareja vuelve poco a poco a ser el de antes, habiendo recuperado a sus hijos tras la tumultuosa separación y problemas de custodia con su ex mujer.
Sandra y él se conocen hace veinte años, ella es hermana del marido de su hermana Ángela. Pero quién sabe por qué azares del destino, a veces se tiene delante al ángel que envía Dios, como él la denomina y se tarda en darse uno cuenta de que ambos caminos tienen un punto de intersección.
Miki es un hombre nuevo, renovado, no guarda rencor hacia quienes tanto daño el ha hecho, incluso difamándole y hablando mentiras sobre él. Sabe perdonar y olvidar, para seguir hacia delante y sólo espera poder recuperar a su hija, que estudia en Londres y con la que no tiene relación. Una espina dolorosa que espera algún día ver desaparecer y tenerla a su lado.
Su hijo Adrián, es el único que parece haber heredado la voz de la saga Molina. De lo cual se siente orgulloso. Un gran padre, al que la vida no ha dado muchas oportunidades de demostrarlo y que no descarta la posibilidad, a pesar de los 46 años de su pareja, de ser padre de nuevo. Y cuando tenga más estabilidad económica está en sus planes adoptar un niño.
Miki Molina, un hombre con un gran corazón y un excelente actor, de cuyos éxitos nos alegramos. Porque se los merece. Y es que, cuando Dios cierra una puerta siempre abre una ventana.
¡Mucha suerte, Miki, te la mereces!