Poco a poco se van perfilando los favoritos por el público y no hay duda que todos tienen sus propios seguidores, unos valoran el físico, otros la simpatía, algunos por cercanía y los que más por como cantan los concursantes. Todo licito pues cada uno decide quién le gusta y por qué.
Esto no deja de ser un concurso con premio, por lo que es una competición de fondo, hay que aguantar y cada uno emplea las armas que puede, ya que solo la voz no basta para poder vencer, hace falta llegar al público, transmitir y conseguir el apoyo de los que ven OT.
Es lógico que los que siguen OT se conviertan en jurado al fin y al cabo lo hacen con su dinero, y si el programa es un éxito, es por la audiencia que día tras día sigue fiel, pero no deberíamos comportarnos como los que tanto criticamos (Risto por ejemplo).
Cada cual tiene el derecho y porqué no la obligación de defender a su favorito, eso es lo que hace que un concursante triunfe o no, pero para ello no hace falta desprestigiar al rival con descalificativos personales, opinar no es sinónimo de desprestigiar, y por el bien del concurso es lo que no se debería hacer.
Al fin y al cabo los que están dentro de la academia solo persiguen un sueño, que es triunfar en el mundo de la música, algo para lo que supuestamente valen ya que un jurado los ha seleccionado tras pasar diferentes casting y frente a miles de aspirantes.
Si pensamos que no son aptos para estar ahí, las tintas se deberían cargar contra quién los eligió, no contra ellos. Han entrado a un concurso a demostrar si tienen o no talento no a un reality como GH (particularmente me encanta) a exponer su vida íntima.
Confundir o meter en el mismo saco todos los programas seria un error.
OT es un fenómeno televisivo pero inicialmente con unos valores distintos a cualquier otro reality, y esa es la esencia del concurso premiar a alguien al que más vale.
Si no cuidamos que eso sea lo que prime en el concurso, acabará por convertirse en un reality cualquiera.