Esta argelina de 22 años, a la que, según parece, han ayudado algunos periodistas a urdir un montaje contra Cayetano Martínez de Irujo, estuvo el pasado viernes en el Programa «¿Dónde estás, corazón?» para airear sus «amoríos» con el hijo de la Duquesa de Alba.

Esta «fulanilla» que pretende entrar en la Casa de Alba, se hace ilusiones o se piensa que los Medios de Comunicación van a creerse sus mentiras y montajes. Ella misma afirma ser la novia del Duque de Salvatierra y la causante de la ruptura de éste con la mexicana Genoveva Casanova, madre de sus hijos. A él le salieron los tiros por la culata y ahora no sabe qué hacer con la nena, más ignorante que el asa de un cubo y que nos recuerda a Yola Berrocal en sus comienzos, cuando empezó a vivir del cuento y ser famosa con sus escarceos con el «Padre Apeles», al que parece haberse tragado la tierra últimamente.

Pero, ¿quién hay detrás de este a todas luces montaje? María Patiño le sacó a colación supuestas declaraciones de ella a micrófono cerrado o pactadas, en las que hablaba unas veces de su supuesta relación con Cayetano, y otras del montaje. Y es que estas fulanillas de turno venden hasta lo invendible con tal de tener su momento de gloria, aunque éste sea efímero y luego se vean en los Tribunales, donde aparentemente, según Chelo García Cortés dijo, la llevará Cayetano, pues ya, según dijo, Cayetano ha presentado la denuncia a esta «señorita».

Lo que está claro es la afición que el Duque tiene por las faldas. No hace mucho salía la estrafalaria de Aída Nízan haciendo alarde de haber «pillado» a Cayetano entrando y saliendo de un local de alterne, donde, supuestamente, y a altas horas de la madrugada, iba a hablar de caballos y hacer negocios. Mientras la pobre Genoveva estaba ignorante de lo que su marido hacía. Qué lejos estaba ella cuando conoció al hijo de la Duquesa de Alba, que como buen español iba a serle infiel, importándole un comino su matrimonio. Y es que desde que salieron aquellas polémicas fotos y sus escarceos con Mar Flores, la «dama de Usera», según la llamaban los vividores hermanos Matamoros, parece que, al menos de cara a la opinión pública era más formal el apuesto caballero, que parece no encontrar nunca su Dulcinea. Pero qué bajo cae el pobre hombre, con putillas a cuál peor. Pobre Genoveva. Y pobre Cayetana, qué hijos le han salido…