El martes, 22 de Abril, es el sesenta cumpleaños de Paquita Torres. Su más triste cumpleaños, sin duda, por la muerte de su hijo, el jugador de baloncesto Sergio Luyk, el 29 de Marzo pasado, a los 36 años, víctima del cáncer. Toda la familia, lógicamente, está muy afectada aún. Su padre, Clifford Luyk, jugador de baloncesto, y los dos hermanos, Estefanía y Alejandro. Sergio les dejó un gran vacío a todos, del que aún no han comenzado a recuperarse.
Paquita se consuela con las alegrías que le causa su nieta, Aroa, de tan sólo dos años. Hija de su hija Alejandra.
Afirma ser una mujer de una gran Fe y siempre segura de que su hijo iba a salir de tan cruel enfermedad, para la que, por desgracia, no hay cura, y que, tarde o temprano vence la batalla. Paquita, como cualquier madre y cualquier persona aun siendo creyente, no entiende que Dios pueda llevarse a alguien tan bueno y excelente persona. Pero la Fe nos hace al final comprender que en este Mundo estamos de paso, para «ganar» el «Viaje» al «Otro». Y tarde o temprano acabamos resignándonos y aceptando lo que es de todos modos inevitable, lo aceptemos o no.
Ella afirma sentirle cerca todos los días, y guardar parte de las cenizas en casa. Hay gustos para todo.
Sergio se fue, dejando una gran maleta de sueños e ilusiones, como una colección de películas de Walt Disney para sus futuros hijos. En 1998 tuvo una corta relación con Paula Vázquez que no llegó a nada serio. Aunque se llegó a rumorear que habría boda.
Sergio nació el 20 de Septiembre de 1971 y ya fue noticia. Tanto o más que la de su marcha. Dado que era fruto de la unión del afamado baloncestista y la ex Miss Europa de la época. Le pusieron Sergio por la amistad que unía a su padre con el baloncestista ruso Serguei Belov. Su vida siempre estuvo ligada al Deporte, donde ha dejado un profundo hueco. Nada hacía presagiar que un deportista de tanta estatura y buena salud fuese a enfermar de la más mortal de las enfermedades: el cáncer. Perdió la batalla.
¡Feliz cumpleaños, Paquita! A pesar de todo. Seguro que tu hijo desea desde donde esté verte feliz y sonriente. Aunque no es nada fácil. Sobretodo para una madre.