Ha comenzado la cuenta atrás para la que se ha denonimado la Boda Real europea del año. Se casan el Príncipe Joaquín de Dinamarca y Marie Cavallier. El enlace tendrá lugar el próximo 24 de mayo en la iglesia de Mogeltonder, al sur de Jutlandia. Cerca de la residencia oficial del joven Príncipe.
La pareja se encargan personalmente de todos los preparativos por deseo expreso de la Reina, que les ha cedido todo el protagonismo a ellos. Reservándose para ella los preparativos de la cena del día previo al enlace, que será en la estival de la familia.
Marie, de origen francés, econonista de profesión, ya ha dado todos los pasos en los trámites de su nacionalidad danesa, renunciando a su Religión para abrazar el Cristianismo Protestante, Religión que profesa la Familia Real danesa. Ha renunciado, pues, a su nacionalidad y a su Religión por amor. Por exigencias protocolarias. Y es que en esta vida no se puede tener todo, ni aun siendo Príncipes. Están sujetos a unas obligaciones para con su pueblo, que para eso gozan de muchos privilegios que la mayoría de los mortales no pueden ni tan siquiera soñar. Mucho menos tener.
La primera mujer del Príncipe Joaquín, la Princesa Alexandra, igualmente renunció a su nacionalidad, británica, por amor, aunque luego el matrimonio se fue a pique. Anunciaron su ruptura el 16 de septiembre de 2004, pero no se divorciaron hasta el 8 de abril de 2005. Desde entonces, se le ha relacionado con varias mujeres, entre las que se rumoreaba que había una española.
La relación de Marie, de 32 años, y Joaquín, de 39, comenzó en 2006, y, aunque ha atravesado varias crisis la pareja, el amor ha vencido y se casan por fin. Habiendo anunciado el compromiso el 3 de octubre pasado. Marie al casarse pasará a ostentar el Título de Su Alteza Real la Princesa Marie.
El Príncipe Joaquín tiene dos hijos, fruto de su anterior matrimonio: los Príncipes Nokolai y Felix. De 8 y 6 años respectivamente.
Un comentario de los lectores
Juana Pereira
7 mayo 2008 a las 3:57
1Renuncia no por amor si no por dinero