El escritor, poeta, pintor y cineasta belga, Hugo Claus, ha muerto por medio de la eutanasia, en el Hospital de Amberes a los 78 años.
El que fuera varias veces candidato al Premio Nobel, un hombre inteligente y polifacético, para quien la Religión era la peor droga, según declaraciones suyas, al Periódico «El Mundo», en 2002, decidió quitarse la vida, o mejor dicho, pedir su asesinato ante el Alzheimer que padecía desde hacía varios años. Él mismo fijó su muerte, como declara su Editora «De Bezige Bij».
Polémica cuestión la de la eutanasia, y que demuestra, en definitiva la soledad u el abandono que un enfermos sin solución tienen. Y ante una perspectiva de una vida carente de alicientes, deciden poner fin a su existencia. Es mucha gente la que pide que se legalice, pero deberían enseñar a estos enfermos que hay muchos más valores que tiene una persona, que no simplemente un cuerpo que va dejando de funcionar poco a poco, prograsivamente. Además, suelen ser enfermos a los que el Gobierno para una miseria de pensión. Ahí es donde debería prometer y cumplir.